Guía de las mentiras más básicas II: De qué hablar si no queremos hablar

Publicado en por Madame Desamor

De esto ya he hablado. Más bien, de esto ya he escrito. Porque hablar no se me da bien. Porque soy muda de forma encubierta y tartaja si me apuras, qué le voy a hacer.

 

Hay cosas de las que mejor no hablar. Yo nunca miento, pero tampoco suelo decir la verdad. El silencio es un gran aliado para hacer que uno se quede metido en una caja y no tenga por qué salir.

 

ss  La caja... ¡pues mira que es pequeña para los dos!

 

Hay cosas que no nos gusta decir. A la vez, tenemos tantas ganas de decirlas que nos gustaría que un telepronter pasase por delante de nuestros ojos y así pudieran leerlo los demás. Sin tener que abrir la boca. Porque supongo que al final se nota a través de los ojos, que algo llevamos ahí dentro. Que quiere salir. Que quiere.

 

Pero no hay un buen momento para decir algo que no queremos decir. Que tenemos el corazón descosido, que el hígado no nos va bien, que los riñones se colapsan a veces. Que el estómago se resiente y se nos da la vuelta, un día sí y otro también. Que llevamos una treintena de puntos soldados en las costillas, que el cuello no resiste las almohadas de plumas de pato cojo. Y hablamos del tiempo y de cosas pasadas como si le hubieran pasado a otra persona que ahora ya no somos nosotros. Que tenía el pelo más largo o más corto, que se reía de otros chistes que ahora no nos hacen gracia. Y así se va pasando por encima, otra vez, de lo que en realidad somos.

 

Sin controlar la pasividad del no darse a conocer, uno llega a despedirse de alguien que conoce desde hace años pensando "qué pena, en realidad, no me conoce". O puede llegar a echarlo en cara incluso, sin darse cuenta de que la responsabilidad es suya. Que no se dio a conocer.

 

Sigo pensando como absurda, que el silencio lo dice todo de mí. Y el silencio no habla de nosotros. Es que no. No cuenta nada. Y el cuerpo sin palabras tampoco habla, si no lo sabemos mirar. Así que quedamos en el limbo de la información pensando "los otros lo saben" y los otros piensan "no sabemos nada". Curioso.

 

Después están las versiones ofciales, los personajes inventados, pre-definidos, las imágenes a mostrar. Las fichas de aeropuerto que nos sacamos de la manga para definir, a grandes rasgos lo que somos o lo que queremos que sepan que somos o lo que pensamos que será importante saber para los demás. Y a veces si comparamos las fichas con lo que nos dice nuestro propio silencio de nosotros mismos, nada tiene que ver.

 

ss  A ver si vas a tener personalidad múltiple o algo de eso.

 

Ya me queda grande ésta, como para más...

 

Total, que, como siemrpe, el infierno terminan siendo los otros. Y nuestro infierno ni lo miramos. Ni casi existe. Porque hay cosas de las que no nos gusta hablar.

 

Sin darnos cuenta de que si no lo dejamos salir.

El infierno se queda ahí.

Etiquetado en Auto Cuestiones

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K
<br /> El mismo infierno del silencio vive en mi... escribo para no hablar y no todos tienen la paciencia suficiente para aguantar eso.<br /> Un saludo, me ha gustado tu blog ^^<br /> Ktiara<br /> <br /> <br />
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M
<br /> <br /> Casi nadie tiene paciencia para aguantar eso, así que es mejor intentar cambiarlo poquito a poco... suerte! :)<br /> <br /> <br /> <br />