AyD: ¿Por qué las mujeres somos tan vulnerables? by Mon.
Querida Mon:
En primer lugar quería agradecerte la consulta y tantas otras cosas. Qué maja. El caso es que yo creo que unas cuantas cervezas o en su defecto trinas de naranja podrán compensarte. Apalabrados quedan. Por el momento te mando un buen apretón de rizos, guapa más que guapa. Y ahora a lo que vamos.
Las mujeres a los 30 enloquecen. No sé muy bien por qué, aún no he llegado, pero supongo que es por no haber pasado correctamente por una buena crisis a los 25. Las crisis de los 25 son duras, para qué negarlo. Una pierde la cabeza, quiere convertirse en escaladora o en terrorista, tirar a la basura su título universitario e irse a vivir al Tíbet con la cabeza rapada y con un harén de saharauis. En cualquier caso, es mejor que la de los 30.
El caso es que una mujer a los 30 se puede ver algo vulnerable. O frágil. Debe escuchar partiendo de su oído interno un tic tac como el del capitán Garfio con su cocodrilo. Como el del corazón delator de Poe. Y van enloqueciendo lentamente, escuchando cómo la naturaleza les dicta el tic tac para dejar de ser mujeres locas y convertirse en madres dementes. Perfecto.
No quiero ser dura. No lo soy, de hecho. A veces el inconsciente nos juega malas pasadas. Pero cuando no es una, ni dos, ni tres mujeres en los brazos de hombres que no les llegan a la altura de los tobillos, es normal que una se deprima y piense que pertenece a una generación vacía de amor o de respeto. Por eso, quiero dar un simple dato.
Nuestra autoestima depende única y exclusivamente de nosotros mismos.
Da igual que nos vean guapas, o gordos, o altas, o esqueléticos. Sólo depende de nosotros mismos. Por eso cuando depositamos el amor propio en manos de otro, puede hacer con él lo que quiera. Aplastarlo, engordarlo o lo que sea. El caso es que si la otra persona donde hemos depositado nuestra autoestima de pronto un día desaparece, se irá con él. Y no tendremos nada. Así de sencillo.
Por eso es tan fácil enloquecer, si no sabemos cómo se hace eso. Con trabajo. Quererse a uno mismo es una carrera de fondo. Y poca gente sabe hacerlo. Qué cosas.
Lo que está claro querida Mon, es que está muy bien que te preocupes de tus congéneres y veas los aprietos en los que se meten, sin saber muy bien cómo van a salir. Está genial que seas crítica con eso, porque si eres capaz de llevar esa observación a la experiencia propia, te servirá para no cometer ésos mismos errores. Está claro que cometerás los tuyos propios. Y espero que lo hagas. Que al final la vida es eso.
¿No?
Con todo mi aprecio.
Madame Desamor